Marta Paz: a dos años de su ausencia física
El presidente de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Penal Juvenil, Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires repasa la vida y obra de su colega y amiga
Hoy es el segundo aniversario del fallecimiento de mi querida colega y amiga, la Dra. Marta Paz. Vienen a mi memoria los innumerables momentos que compartimos, ambos como integrantes de la Sala III de la Cámara Penal, Penal Juvenil, Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires.
Nuestro vínculo profesional fue tan fructífero que incluso, fuimos coautores de un libro de «Faltas y Delitos Ambientales en la CABA«, que resulto tener muy buena acogida por nuestros colegas del fuero. Ambos entendíamos que la defensa de los derechos de los más vulnerables resultaba ser nuestro norte en el momento que nos tocara dictar sentencia.
Siempre se destacó por su compromiso contra la violencia de género. Así fue que ya por el año 2001 promovió un amparo para exigir el efectivo cumplimiento de la obligatoriedad del cupo femenino en las listas para sus cargos electivos en el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal.
Al momento de su lamentable fallecimiento, se desempeñaba como vicepresidenta de la Asociación Argentina de Justicia Constitucional, y además era directora de su Instituto de Género y Miembro Honorifico del Instituto de Discapacidad de dicha entidad. Integraba también la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina, con el cargo de prosecretaria de su Comisión Directiva y fue su Delegada ante la Ciudad de Buenos Aires, para el período 2015-2017.
Fue un motor incansable por los derechos de la mujer y contra todos los tipos de violencia que podían llegar a sufrir, tratando siempre de generar los espacios y herramientas para que los agentes y personal que entendiera en este tipo de cuestiones tan delicadas, estuvieran a la altura de las circunstancias. La Oficina de Violencia de Género en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, fue su mejor legado, y hoy en día sigue atendiendo en forma integral al gran número de mujeres que lamentablemente padecen este fragelo en sus vidas.
Me permito cerrar este breve recordatorio con una frase que solía decir mi apreciada amiga: “Sigo pensando que para definir la idoneidad de una persona para ser postulada como juez, debe ser un requisito que tenga acreditada versación en perspectiva de género. Me parece que así como al juez le requieren que sepa qué dice la Constitución, le deben requerir también que tenga perspectiva de género, lo que generalmente no se le requiere”. Sus postulados fueron plasmados a través de la Ley Micaela, que ha generado la obligación -para todos los integrantes de los poderes del Estado- de realizar capacitaciones en materia de violencia de género, que como en mi caso lo he aprobado hacia fines del año 2020.
Dichas enseñanzas y herramientas en cuanto a la visión de género, sumadas a las que tuve el honor de adquirir luego de tantos años compartidos con la estimada Dra. Paz, los vengo aplicando en cada uno de mis votos como integrante de la Sala III, y ahora como presidente de la Cámara de Apelaciones del fuero.-