Pensar el derecho alimentario desde la doctrina franciscana

Por el 12 de noviembre de 2020

Fue el eje de la exposición que realizó el camarista, Jorge Franza, a los alumnos de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México

El presidente de la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Penal Juvenil, Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Franza, protagonizó este miércoles 11 desde las 12 (hora argentina) un encuentro virtual en el marco del ciclo: Tópicos Selectos de Derecho Ambiental, invitado por el Seminario de Derecho Ambiental de la Facultad de Derecho de la UNAM.

Al comenzar su ponencia, aconsejó a aquellos que conduzcan posgrados ambientales que «incorporen un módulo cuatrimestral sobre este tema del derecho alimentario, que es fundamental en la formación de abogados o especialistas en ciencias ambientales». Agregó que «en el caso argentino, gracias a la próxima aprobación de la ‘Ley Yolanda’, vamos a tener todos los integrantes del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial que cursar educación ambiental (con especialistas), cambio climático y biodiversidad».

Habló luego sobre el derecho a la alimentación, y al respecto destacó que «es un derecho humano fundamental, y por lo tanto no puede ser dejado a la suerte o a las capacidades de las familias y de los individuos. Las autoridades tienen obligaciones para garantizarlo. Es un derecho de solidaridad que pertenece a derechos humanos de la tercera generación». «Consiste en la disponibilidad de alimentos nutricionales adecuados. La salud alimentaria es un típico derecho de solidaridad», agregó. «Para el consumidor medio, es el derecho de exigir productos alimentarios de alta calidad», añadió el juez de Cámara. Y manifestó que «podría marcar un espacio de tránsito entre el derecho agrario tradicional que estaba enfocado en la empresa agraria, en la actividad agraria, pero desconectado de la  sociedad; y pasamos a un derecho agrario humanístico, capaz de responder a las más grandes exigencias de los ciudadanos».

Posteriormente, analizó el objetivo del fin de la pobreza; allí destacó que «implica la necesidad de una economía sustentable. Lo importante no es la cantidad, sino la calidad de lo que voy a comer». «Esa es la esencia del derecho alimentario. Promover la agricultura sustentable, es clave en el objetivo de hambre cero«, sintetizó.

Yendo al abordaje del marco internacional, señaló que «los principios sobre la ley de seguridad alimentaria mundial y los fundamentos del plan de acción en la Cumbre Mundial sobre alimentación de Roma de 1996 fueron realmente los factores mas relevantes que iniciaron el tema». «Ahora, el derecho agrario no se limita a la producción, se extiende a la colocación de los productos en el mercado para su comercialización; y esto va (de alguna manera) vinculado con la seguridad alimentaria, que significa el acceso en todo momento a alimentos nutritivos«, completó.

El magistrado se refirió a la doctrina franciscana que «desde el 2015 esta tomando como eje el tema de la FAO, está tomando los objetivos del desarrollo sustentable y está haciendo doctrina en el ámbito de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales». Aclaró que «el papa Francisco no se conformó con el dictado de las dos encíclicas, sino que creo redes de capacitación, protagonistas de Laudato Si,  al cual uno por internet se puede adherir, estudiar un curso, profundizarlo y convertirse en un protagonista difusor». Al referirse a uno de los tópicos centrales de las reflexiones franciscanas, subrayó que «con esta forma de explotar los recursos, lo que estamos haciendo es poner en peligro a la especie humana».

Finalmente, enfatizó que «para afrontar los problemas de fondo que no pueden ser resueltos por acciones de países aliados, es indispensable un consenso mundial que lleve -por ejemplo- a programar una agricultura sostenible y diversificada«. «La vigencia plena de los derechos sociales y los derechos ambientales hacen necesaria una revisión de las categorías económicas, y por cierto una nueva estrategia de producción y distribución de la riqueza. Creo que esta es una de las primeras conclusiones de la doctrina franciscana», destacó Franza en su cierre.-