Gonzalo Rua habló acerca de la oralidad en los procesos judiciales

Por el 31 de julio de 2020

El consejero y titular del Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas n.° 6 habló en una videoconferencia organizada por la Asociación de Magistrados de Tucumán

Se realizó anoche a partir de las 19  con una primera exposición que insumió 45 minutos y una posterior apertura al debate que finalizó pasadas las 21, junto a un centenar de abogados y abogadas que escucharon, chatearon y dialogaron con el consejero porteño.

El magistrado en la apertura habló sobre la experiencia tucumana, y destacó que «es el primer Código Procesal Penal adversarial, no solo de Argentina sino de la región, porque después del Código tucumano del 91, tenemos que esperar hasta el 94, para que entre en vigencia el Código guatemalteco». «Entonces, Tucumán de alguna manera siempre ha estado en esta vanguardia de ver cómo generar un sistema de justicia penal», agregó. Al respecto, recordó que «las ideas que Tucuman había pensado en su momento, que era el mismo Código Procesal Penal que terminó en Córdoba al año siguiente, tenían que ver con un sistema adversarial, un sistema acusatorio, que empiece a trabajar un poco las bases y normas sustanciales de nuestra Constitución; de querer establecer, no cualquier procedimiento, no cualquier oralidad, sino un sistema de litigio de partes que puedan presentarse ante un juez y el juez manejar esa audiencia».

Posteriormente, abordó el tema de habilidades y destrezas de los jueces, y aseguró que «básicamente la justicia tiene una obligación, una obligación moral y una obligación también sustancial que es dar respuesta». «La justicia tiene que construir legitimidad, la justicia formal, la justicia que todos conocíamos, los viejos sistemas inquisitivos y también el acusatorio formal, que estuvo en Tucumán; es una justicia que no logró construir mayor legitimidad», añadió. Esto dijo que «no tiene que ver con los operadores y los esfuerzos que hagan, que sé porque conozco a muchos operadores de la justicia tucumana que hacen grandes esfuerzos por dar un servicio de justicia que pueda dar respuesta». «Pero, todos sabemos que cuando la justicia es mas bien formal, cuando es poco dinámica y cuando tiene pocas salidas alternativas al conflicto, la justicia rápidamente se empieza a empantanar y empieza a dar poca respuesta», completó.

El juez, en diálogo a través de la web, subrayó que «la selectividad del sistema también da legitimidad, la eficacia del sistema da legitimidad, las formas que voy a llevar dan legitimidad». «Entonces, cuando voy a hablar de habilidades y destrezas de los jueces en la conducción de las audiencias, de lo que voy a hablar es cómo construir legitimidad de una sala de audiencias«, afirmó.

Reconoció que hay un problema de capacitación, y la caracterizó como «degradación funcional«. «Históricamente -dijo- nos han empujado los sistemas de justicia, a dejar en cabeza de los jueces, funciones que nada tienen que ver con la función jurisdiccional, con la necesidad de imparcialidad para resolver un conflicto; y nos hemos acostumbrado como algo natural, a ocuparnos de la sustanciación de nombramientos de cargos, de ‘nos faltan resmas’, de ‘no pagaron el teléfono’, hasta el proveído de meros tramites que nada tiene que ver con lo jurisdiccional», admitió. Entonces, reflexionó que «en el viejo sistema estamos acostumbrados realmente, a perder mucho tiempo, en temas que no están en el centro de la función jurisdiccional y de la relevancia que tiene esta función».

Profundizó sobre el análisis de la oralidad y advirtió que «el juez que no logra reconocer estos conflictos, va a estar siempre haciendo agua en una sala de la audiencia, porque no va a entender en dónde está parado». «Entonces, diría que cuando entramos a un proceso de conocimiento el juez va comprender que en el proceso composicional estamos hablando de conflictos en los cuales el interés de la víctima es superior a cualquier interés estatal«, concluyó. Luego, analizó la tarea en la audiencia preparatoria de juicio, allí indicó que «el juez tiene un rol todavía mucho más amplio, porque lo que tienen que mirar es que la información que presentan las partes sea acorde a la teoría probatoria». «Porque, básicamente -advirtió- todos nosotros construimos un juicio oral y creemos en el juicio oral, porque es el mecanismo que nos permite generar información de alta calidad», completó

Recalcó que «el juez de nuestros sistemas, mientras no tengamos jurados, tiene una enorme dificultad; el juez debe conducir el debate, debe tomar decisiones sobre las objeciones que se plantean, y a la vez, debe tomar nota estratégica de todo lo que ocurre para construir su decisión». «Cuando hablamos de habilidades y destrezas de los jueces para construir legitimidad, creo que en esta construcción de legitimidad de base republicana, es una nueva posibilidad de fortalecer la confianza entre justicia y ciudadanía«, concluyó.

Finalmente, Rua remarcó el concepto de sala de audiencias como «ritual de pacificación«. «La judicatura, como toda actividad, es un aprendizaje y una enseñanza constante», recordó. Y apeló en el cierre, a las ideas del exministro de la Corte, Raúl Eugenio Zaffaroni, acerca del Estado de Derecho y Estado de policía: «Cuanto más espacio demos al contradictorio, a la resolución de los conflictos, estamos logrando construir (en una sala de audiencias) pacificación; y cuando no lo logramos, tenemos que aprender y estar atentos para no volver a equivocarnos, porque estábamos acercándonos a un Estado más totalitario y más policial», concluyó .-