Primer encuentro para pensar la pospandemia desde la doctrina franciscana
A instancias del Capítulo Argentino de la Cumbre Panamericana de Jueces y Juezas, se realizó una nueva jornada internacional
La actividad se desarrolló el jueves 15 desde las 17 y convocó alrededor de 150 participantes a través de la plataforma Zoom, en virtud de las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuestas. La convocatoria a la jornada que se extendió por más de cuatro horas partió del presidente de la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo y titular del Capitulo Argentino de la Cumbre, Carlos Balbín.
El mensaje a modo de bienvenida a la celebración de la jornada virtual, estuvo a cargo del titular del Juzgado n.° 2 en lo Contencioso Administrativo y Tributario y presidente de la Cumbre Panamericana, Andrés Gallardo. Eligió hablar acerca de la última encíclica de Francisco, «Fratelli tutti (Todos hermanos)», en donde aseguró que «resume con muchísima claridad -como nos tiene acostumbrados-, sus ideas sobre el hacer de la política». «Para construir justicia, debemos tener presente la historia, estar atentos ante las nuevas amenazas, comprometernos incondicionalmente, hacer pueblo, ser solidarios y ser justos«, señaló.
Relató que sobre el proceso de construcción de la justicia, Francisco dice que «mientras una parte de la humanidad vive en la opulencia, otra ve su propia dignidad desconocida, despreciada y pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados». «Muchos hermanos sufren situaciones de injusticia que nos reclaman a todos, construir juntos la justicia y la paz parece una utopía de otras épocas», agrega el Santo padre. «El bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad no se alcanzan de una vez para siempre, sino que han de ser conquistados todos los días», continuó narrando sobre la palabra del Sumo pontífice.
Profundizó en la palabra de Francisco y subrayó que «el desprecio de la historia es una nueva forma de colonización cultural, los pueblos que dejan que les arrebaten el alma, pierden finalmente su independencia ideológica, económica y política». «En muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y politizar, se utilizan recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro su recurso más eficaz», puntualiza el Papa. «Los movimientos digitales de odio y destrucción no constituyen como algunos pretenden hacer creer, una forma adecuada de cuidado grupal, sino meras asociaciones contra un enemigo», desarrolló el magistrado en su lectura del mensaje papal. «Las ideologías han perdido su pudor, dice Francisco, lo que hasta hace pocos años no podía ser dicho por alguien sin el riesgo de perder el respeto de todo el mundo, hoy puede ser expresado con toda crudeza; aún por algunas autoridades políticas, y permanecer impune», indicó.
«Que otros sigan pensando en la economía para sus juegos de poder nosotros alimentémonos de lo bueno y pongámoslo al servicio del bien», invitó Gallardo citando la doctrina franciscana. Luego, abordó el tema de la solidaridad, al respecto subrayó que «ser solidarios también es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales». Partiendo del disparador de la última encíclica, recordó «su tradicional postura sobre la propiedad y sobre la función social de los bienes». Allí dice Francisco que «cuando damos a los pobres las cosas indispensables, no le damos nuestras cosas sino que le devolvemos lo que es suyo». «La tradición cristiana nunca reconoció como absoluto e intocable el derecho a la propiedad privada y subrayó la función social de cualquier forma de propiedad privada», señaló el magistrado porteño.
Por último, destacó que a raíz de la nueva misión del Fondo Monetario Internacional en el país, Francisco alertó y dijo «cuidado, porque los pueblos antes que nada merecen su dignidad, antes que nada merecen gozar de sus derechos económicos, sociales y culturales. Luego vendrá el tema de los pagos de deuda, luego vendrá el estudio sobre la legitimidad o no de las deudas, y cómo se van se van a terminar pagando», completó.
Posteriormente, fue el turno de Carlos Balbín, quien comenzó aclarando que «este no es un debate religioso, ni siquiera interreligioso, sino que el Papa nos está convocando a un debate moral«. Allí señaló que «convergen dos circunstancias sumamente importantes: por un lado, la pandemia y comenzar a preguntarnos sobre la pospandemia en la Argentina; y el otro hecho, que creo (también sumamente relevante) es el índice de pobreza que asciende al 40 por ciento. Los otros días conversaba con Agustín Salvia, que es el director del Observatorio de la Universidad Católica Argentina y él estima que si el Gobierno no hubiese implementado el Ingreso Familiar Extraordinario el nivel de pobreza llegaría en la Argentina quizás al 70 por ciento». «Creo que en ese contexto, debiéramos reflexionar sobre la nueva encíclica del Papa», completó.
Utilizó como disparador la mirada liberal de Adam Smith, a la que identificó como un escenario donde nos comunicamos con otros hombres solo en el mercado y con el objeto de intercambiar productos. «Yo creo que esto es muy importante rescatarlo y observarlo justamente a partir de las palabras del Papa en esta nueva encíclica», advirtió. «Por otra parte, -dijo- en este modelo que describe en sus inicios Adam Smith llegamos a la teoría de la razón instrumental, en la cual la persona es un medio, la razón es un instrumento de dominación, la persona es en definitiva un medio y no un fin». «Este cuadro que describí, se profundiza a partir de la globalización, donde la economía y las finanzas tienen un papel aún mayor», agregó. «En definitiva, si tuviera que describir este cuadro podría hacerlo en los siguientes términos ‘más mercado, menos Estado y menos política’, y el Papa en esta encíclica va a criticar fuertemente el liberalismo, el mercado, y -en particular- una idea asociada, que es la idea de la concentración de riquezas y el derrame posterior», añadió. También criticó con igual énfasis los populismos. «Al fin y al cabo, él va a contraponer a estas dos miradas, la liberal y la populista, una mirada marcadamente popular», interpretó el camarista.
Acerca de la política, indicó que el Santo Padre alerta sobre el vacío. «Eso podemos advertirlo cotidianamente, es un debate superficial, un debate radicalizado, y además un debate agresivo», caracterizó. «Es necesario pensar en introducir en el marco de esta pandemia y en la pospandemia, cambios profundos que consisten básicamente en el diálogo, que supone incorporar la mirada del otro, es decir descubrir cuál es la riqueza del otro. Sólo a partir de ese conocimiento de la riqueza del otro, es posible también que yo mismo me enriquezca», concluyó.
En lo referido al segundo capítulo, invitó a repensar ciertos «conceptos jurídicos». «Por un lado, nosotros en el Derecho hablamos de regulaciones inteligentes, debiéramos repensar ese concepto e introducir la idea simplemente de regulaciones justas», propuso el titular del Capítulo Argentino. Agregó que «la igualdad de oportunidades es una herramienta útil cuando hablamos de desigualdad, pero cuando la desigualdad es estructural debiéramos sustituir -creo yo- el concepto de igualdad de oportunidades por igualdad de resultados«, explicó.
Acerca del mérito, expresó que «es valioso, en tanto los frutos del mérito favorezcan a quienes menos tienen, como explica en el mundo del derecho y de la filosofía, Rawls». «Donde existen derechos, no son posibles los privilegios. El privilegio es un concepto contrario al de los derechos, por eso debemos afirmar derechos y negar privilegios«, puntualizó.
Por otro lado, habló de los alertas que enciende Francisco sobre la negación de los derechos sociales. «El derecho de propiedad (lo mencionaba antes Andrés) no puede ser la pieza central, debe ser -evidentemente- una pieza, pero no la única pieza en el armado y el razonamiento jurídico. No hay justicia sin derechos sociales y no se trata simplemente de satisfacer las necesidades básicas de los otros, sino de la posibilidad de que cada uno pueda elegir desarrollar y materializar su propio plan de vida», especificó. «Es paradójico que en el mundo del Derecho se desarrolle mucho más el derecho de los consumidores que los derechos sociales (…) Obviamente se espera de los jueces no seamos corruptos, se espera que no usemos las instituciones para nuestro propio interés o para la defensa de intereses corporativos, pero también se espera que no seamos indiferentes y que nos comprometamos en la defensa de los derechos sociales», manifestó.
Invitó en el cierre de su exposición a pensar políticas de inclusión y no de integración. «No se trata de incluir a los otros en mi mundo, sino de integrarlos y construir un mundo entre todos«, sintetizó. Finalmente, tras agradecer a todos los participantes y expositores, concluyó Balbín subrayando que «al defender los derechos sociales, es posible que nos critiquen y que nos castiguen por eso, pero debo confesar -esto es una confesión laica y no una confesión religiosa- que esas críticas nos fortalecen porque nos convencen que al fin y al cabo nos castigan por soñar».
La consejera y camarista Fabiana Schafrik fue la última de las expositoras de la justicia local. Comenzó su ponencia alertando acerca del impacto del COVID-19 y su incidencia en la población y las distintas naciones, que dijo desarrollaron diferentes niveles de respuesta de acuerdo a sus posibilidades.
Tomó el reciente informe del Observatorio de la UCA, y señaló que «el 2020 será recordado como uno de los años más críticos de la economía argentina». También analizó el informe de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) que «habla de los nuevos pobres en América Latina, la disminución del PBI y la pérdida de empleos que se proyecta para la región». «En este duro escenario regional, nos debe convocar a la reflexión como ciudadanos, para la necesidad de reconocer el acceso digno de todos aquellos que formamos esta familia humana», propuso.
Desde lo jurídico, advirtió que «vemos cómo se profundiza esta dicotomía entre los textos constitucionales que consagran derechos en forma muy rica, en consonancia con instrumentos internacionales de Derechos Humanos, y la dificultad que realmente las personas tienen para poder acceder a esos derechos». «Existe una relación ineludible entre calidad democrática e igualdad, en la medida que no podamos acceder todos al gozo de los derechos en forma igual, se va a resentir nuestra calidad democrática y de esto da cuenta la resolución 1 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos cuando introduce el tema de la situación frente al COVID, justamente hablando de esta relación entre democracia y el respeto a los derechos humanos», puntualizó .
Sobre el acceso a la justicia, sostuvo que no todos acceden del mismo modo y alertó acerca de su complejización en tiempos de pandemia. «El Papa Francisco en diferentes oportunidades y también lo hace en ‘Fratelli’ nos habla de lo lejana que se encuentra la justicia de los más vulnerables», reconoció.
La magistrada subrayó que «la pandemia como primer resultado invisibilizó la presencia de las instituciones; en el ámbito judicial, todo lo que ocurría en los tribunales, donde iban los abogados a pedir por la tramitación, iniciar la tramitación de un expediente, iban a preguntar por su expediente, se realizaban audiencias, ocurría ante nuestra presencia y ante nuestros ojos, de un momento a otro desapareció y empezó a desarrollarse de otra manera». «Los medios informáticos, que antes eran un soporte de la actividad judicial, se convirtieron en el modo a través del cual se expresa hoy la actividad judicial. Tuvimos que salir a buscar y seguimos entre todos ideando modos de dar respuesta a los derechos y las peticiones que llegan a los tribunales de la ciudad», completó.
Por último, Schafrik analizó las circunstancias propias a la respuesta del fuero Contencioso porteño, en torno a los derechos económicos, sociales y culturales, y también con el tema del COVID. Habló acerca del gran número de causas colectivas que se iniciaron. «La mayor parte de estos procesos han tenido que ver con temas de salud y han tenido una cantidad importante de resoluciones por parte de las diferentes instancias del fuero. Estos son parte de un número más amplio de acciones de amparo que vienen tramitando en este fuero y que abarcan en mayor medida causas habitacionales, de salud, de empleo público, de alimentación y educación», narró.
Finalmente, apeló a la idea del Papa Francisco que «ha expuesto en diferentes ocasiones -durante el curso de la pandemia- que estamos ante una oportunidad del cambio de la familia humana de avanzar a un sistema solidario o detenernos en el egoísmo». «Ojalá, que esta grave crisis que nos atraviesa no haga que la familia humana se quede con una mirada de egoísmo. Ojalá podamos ir rumbo a la solidaridad; parece muy difícil, pero entre todos se pueda construir esta realidad», concluyó.-