«Con la situación de los refugiados se está violando la Declaración Universal de los Derechos del Hombre»

Por el 23 de septiembre de 2015
Lo afirmó la jueza porteña Natalia Molina durante su exposición en el marco de la Jornada de Reflexión sobre «Derechos Humanos con perspectiva de género», celebrada en el Salón Dorado de la Legislatura de la Ciudad de buenos Aires. En su ponencia, la magistrada trató la problemática de los refugiados como una unidad que engloba a mujeres, niños y hombres, y destacó la necesidad de que las naciones diseñen protocolos de emergencia para la asistencia.

La jueza de la Ciudad de Buenos Aires Natalia Molina, titular del juzgado N°8 en lo Penal, Contravencional y de Faltas, participó de la Jornada de Reflexión: “Derechos Humanos con perspectiva de género, Mujeres en riesgo”, que se desarrolló  el  martes 15 de septiembre, en el Salón Dorado de la Legislatura porteña. Organizado por el Centro de Diálogo Intercultural Alba, el encuentro contó con la participación de Graciela Fernández Meijide y la Senadora Norma Morandini, como invitadas especiales.

Integrando el panel “Mujeres refugiadas y desplazadas- una perspectiva global y nacional”, la magistrada abrió su exposición dando las gracias por la convocatoria realizada y por estar presente en el encuentro como miembro de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina, y mencionando que el fin de la exposición era replicar su experiencia personal vivida en el mes de mayo durante su participación, como disertante, en la Cumbre Internacional “Women as the beneficiaries and actors of humanitarian action” que se llevó a cabo en  Estambul, Turquía, en el marco de la “Instambul Summit”; habiendo sido invitada por  la “The International Conference on Social Media for Good” organizada por la Asociación “Kimse yok mu”.

“En primer lugar quiero decir y destacar que, prefiero hacer un análisis globalizado no solo centrado en las mujeres y los niños, sino desde un punto de vista del respeto de los derechos de los refugiados en general. En mi opinión personal, todo el tema de la construcción de la idea del género debe provenir de la educación natural en las casas y en las escuelas, y en esto también tienen que estar incluidos los hombres y los niños», sostuvo. Y agregó: «De modo que, de la mano de este pilar fundamental que es la educación, el criterio debería modificarse para que haya una idea más generalizada, no tan focalizada exclusivamente en el tema del género, y así poder respetar en general».

Haciendo hincapié en los derechos humanos desde un análisis globalizado, la jueza porteña centró su análisis en la situación de los refugiados y en la importencia de diseñar «protocolos de emergencia que son necesarios tener preparados para prestar ayuda a los refugiados cuando estos problemas se producen». «Estos protocolos de emergencia deben ser elaborados por equipos interdisciplinarios para poder atacar estos problemas y receptar los inconvenientes que enfrentan estas personas y contenerlas. A mi criterio es una responsabilidad internacional, una deuda que a nivel global hoy se está viviendo», afirmó.

Resaltando que en el caso de los refugiados «el principio que debe regir no es el del final de un conflicto» sino «el comienzo de una etapa nueva en la vida de estas personas», la magistrada subrayó que «el Estado tiene la obligación de abrazarlos y de contenerlos» en este nuevo comienzo, «y es esto lo que hoy día está fallando terriblemente”.

“Yo creo que es muy importante escuchar los problemas y reflejarlos en protocolos de emergencia. Pero no como una mera programación dogmática como un documento que se firma entre Jefes de Estado, sino como una sincera política pública que debe asumir cada nación para poder ayudar a los refugiados.  Debe haber una organización mundial que no sólo tiene que quedar en manos de las ONG, es necesario que  los estados se comprometan a nivel internacional», afirmó.

Y subrayó: «Es inaceptable que en este punto de la historia existan personas que mueran ahogados en el mar porque solamente están buscando sobrevivir. Estas personas no buscan ni siquiera una vida mejor, buscan sobrevivir. También es inaceptable e inadmisible desde el punto de vista humano  que los estados les den las espaldas a los refugiados. Esto es lo que está pasando y la comunidad internacional permanece inerte a esta situación,  cuando en verdad lo que se está violando es la Declaración Universal de los Derechos del Hombre que garantiza el derecho a la vida, y el derecho a la vida es obligación de los estados. El país que recepte tiene que estar preparado para establecer un estándar correcto para la recepción de los refugiados, como también diferentes programas que le den soluciones a los diferentes problemas de esas nuevas vidas que comienzan estas personas, porque sino podemos cometer el error de que salen de un país donde están pasando terribles circunstancias y podrían ser receptados por un país donde pasen peores circunstancias. Eso tampoco sería aceptable”.

Finalizando, y a modo de conclusión, Natalia Molina manifestó que «en este punto de la historia es necesario que los países se encuentren, dialoguen, escuchen la situación de los refugiados y se pongan de acuerdo para encontrar soluciones concretas como no hacer ninguna diferencia de religión, ni  de etnia , ni de cultura». «Los refugiados somos nosotros mismos», concluyó.