Natalia Molina: «El diálogo y lenguaje claro son claves en el juicio oral penal virtual»
La jueza titular del juzgado N°8 en lo Penal, Contravencional y de Faltas resaltó la importancia de que los jueces y juezas propicien el diálogo y el «hablar sencillo», en especial en el contexto del juicio oral penal o contravencional a través de un medio digital, donde «es innegable que la inmediación podría estar siendo afectada». También sostuvo la necesidad de regular el juicio oral virtual.
El martes 28 de septiembre, en el marco del Tercer Ciclo sobre Transferencia de Competencias y Proceso Penal, la jueza Natalia Marcela Molina, a cargo del juzgado 8 del fuero Penal, Contravencional y de Faltas, capacitó acerca del tema «Litigación Penal y Juicios Orales Virtuales y Semipresenciales. Experiencias y proyección hacia la pospandemia». El encuentro, organizado por la Comisión de Transferencia del Poder Judicial de la Nación y del Ministerio Público de la Nación a la CABA, a través de su Presidente Coordinador Dr. Gonzalo Rua, y en conjunto con el Centro de Formación Judicial, se transmitió por el canal de YouTube del CFJ.
En primer lugar, Molina destacó que «la pandemia nos obligó a estar online, es una realidad que nos superó» y señaló que «desde el principio, el Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires enfrentó la pandemia con un gran avance en nuestra tecnología». Recordó que al mes de comenzada la cuarentena en marzo 2020, el Poder Judicial ya contaba con el sistema Webex y que los juzgados comenzaron a utilizarlo para audiencias intermedias «con muchas reticencias de algunas de las partes, pero que después fueron pasando». “Poco a poco todas las partes nos fuimos acostumbrando a enfrentar este tipo de audiencias (intermedias) de manera online. Y creo que en un futuro este diagrama va a tener una continuidad”, agregó al respecto.
Por otro lado, la magistrada recibió positivamente el hecho de continuar de manera online, rescatando que «como está conformado el Poder Judicial en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hay muchos edificios judiciales diferentes en distintas áreas geográficas, y el hecho de enfrentar audiencias virtuales coadyuvaría a poder capitalizar mejor nuestro tiempo y distribuirlo mas óptimamente de acuerdo con las tareas que cada uno tiene”.
«El medio informático que se utilice como fin para lograr la audiencia debe ser un sistema seguro, eficaz y eficiente que nos garantice hacer nuestro trabajo de manera bien dinámica como hacemos hoy, que podemos hacer una audiencia intermedia detrás de la otra», expresó, y en consecuencia sostuvo que allí no radica un problema. «La tecnología debe ser nuestra amiga, no nuestra enemiga, ni debe reemplazar nuestra capacidad de percepción o de decisión a través de este medio», reflexionó.
Respecto a los casos del juicio oral y público penal o contravencional online, Molina adelantó que no se definiría «ni a favor ni en contra». «Entiendo, conozco y reconozco que hay un tema relativo a la inmediación y al examen y contraexamen de los testigos y las partes donde habría un problema. Todos los que litigamos en materia penal sabemos que hay una gimnasia que se empieza a ejercer cuando la parte toma ritmo en el examen y el contraexamen. Y en la virtualidad ese va y viene se pierde en un sistema que quizás se corta o no estoy viendo personalmente si uno mueve el pie porque está nervioso. El lenguaje corporal que es tan importante se pierde», expresó.
Sin embargo, indicó que a pesar de que es «innegable que la inmediación podría estar siendo afectada», «las palabras que utilizamos todos en el ambiente judicial a veces o casi siempre alejan a los judiciables y a las personas de a pie más que la tecnología». «Entonces nosotros jueces y juezas tenemos que estar predispuestos hablar sencillo y a propiciar el diálogo», alentó.
Por otra parte, habló de las diversas problemáticas que atraviesan al juicio oral, como lo es el plazo razonable, las personas privadas de la libertad, en prisión preventiva al tope del límite de la ley o una víctima en una situación complicada. «Allí es responsabilidad del juez hacer un acuerdo de partes, llamar a una mesa de coordinación. Me parece clave esto del diálogo con las partes para ver cómo vamos a organizar un juicio», apuntó.
Luego explicó que en casos «muy graves» se realizó un «juicio mixeado, ni del todo presencial ni del todo virtual». «Somos los jueces -como dice la Resolución de Buenas Prácticas-, los responsables de decidir en qué caso avanzamos de una manera y en cuál caso no. Siempre teniendo en cuenta que las palabras son claves para poder entendernos», enfatizó.
Molina también ahondó en que «quizás el juicio oral y público virtual no es lo mejor para un judiciable desde la óptica de los derechos de los imputados, por las dificultades de comunicación que puede haber entre el defensor y el imputado» pero resaltó los «enormes recursos que tiene la Ciudad para facilitar la realización de audiencias virtuales de una manera que se acerque a mejor garantizar los derechos de todas las partes, en audiencias separadas y audiencias por streaming, que se pueden seguir de manera virtual».
Ya finalizando su exposición, la jueza presentó el hecho de que «no hay un Código Procesal que diga cómo se hace un juicio oral virtual ni un sistema que regule la evidencia digital» y que sin embargo, «el crimen organizado trasnacional y la evidencia digital ya nos está tapando». «Frente a esta realidad creo que es necesario regular el juicio oral virtual”, pronunció.
Por último, afirmó que «rápido no es igual a injusto, sino que es igual a justo si los jueces propiciamos el diálogo entre las partes para entonces generar una resolución rápida».