«No hay justicia en la inequidad»: Balbín, Corti y Gallardo sobre la respuesta del Derecho ante la pobreza argentina
Los magistrados participaron como oradores en las Jornadas del Capítulo Argentino del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana, donde el Papa Francisco interpeló a los jueces y juezas a no perder de vista que «no hay democracia con hambre, no hay desarrollo con pobreza y mucho menos justicia en la inequidad».
El pasado jueves 30 de septiembre y el viernes 1 de octubre, Carlos Balbín, Presidente de la Sala 1 de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo, Horacio Corti, miembro de la Sala III de la Cámara de Apelaciones del mismo fuero, y el juez Andrés Gallardo, titular del juzgado n.° 2 también del fuero, expusieron en el marco de las Jornadas del Capítulo Argentino del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana a través de la plataforma Zoom.
Al comienzo de la primera jornada del encuentro, se transmitió el mensaje del Papa Francisco dirigido a las juezas y los jueces del Capítulo Argentino del Comité Panamericano, en el que expresó que «los elevados niveles de pobreza son el indicador más claro de la injusticia distributiva que rige en el mundo y de las fallas que nosotros hemos tenido en la implementación de los derechos más elementales”. “La periferia aumenta y el centro de poder, de la riqueza, se estrecha cada vez más. O sea, la mayor parte del dinero y las posibilidades para unos pocos y la mayoría sufriendo en la pobreza. La pandemia agudizó todavía más los terribles escenarios sociales, lo que nos urge a hacer respuestas creativas y efectivas para millones de hermanas y hermanos», pronunció a continuación. “En la misión de jueces que tienen ustedes, nunca pierdan de vista que no hay democracia con hambre, no hay desarrollo con pobreza y mucho menos justicia en la inequidad. Recuerden que el primer compromiso que debe tener el Estado es con el bienestar y la felicidad del pueblo, empezando por las necesidades más fundamentales. Cualquier plan o teoría carece de legitimidad si su consecuencia es mayor sufrimiento y mayor descarte de los pueblos. Cualquier plan lo primero que debe lograr es la atención al pueblo, a las necesidades esenciales del pueblo. Con los movimientos populares decimos las tres T: techo, tierra y trabajo. Cualquier teoría que venga a querer suplantar esta realidad es mayor sufrimiento y descarte de los pueblos. Deseo que los debates teóricos del evento sirvan luego para transformar la realidad de los que más necesitan de justicia», dijo el Sumo Pontífice. Y finalmente agradeció a las magistradas y los magistrados: «Gracias por lo que hacen, busquen siempre el bien de la patria, el bien de la Nación, el bien de los países de cada uno de ustedes también, aunque ustedes son el Capítulo Argentino, busquen el bien de nuestra patria y sobre todo el bien de los pueblos. Que Dios los bendiga y la Virgen los cuide y por favor sigan rezando por mí”.
Luego del mensaje en video de Francisco, el juez Andrés Gallardo, en su calidad de Presidente de Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana, expuso en la apertura del evento a partir de dos ideas que el Papa prioriza: «la pobreza y nuestras fallas (como jueces y juezas)». «Él habla de la pobreza siempre y como está muy bien informado sabe que los niveles de pobreza en nuestro país son realmente alarmantes, preocupantes, inéditos, muchos de ellos ya en situación de indigencia extrema», sostuvo Gallardo, y agregó: «El Papa nos está interpelando sobre qué nos pasó a nosotros como máximos exponentes de la operación jurídica, quienes debemos resolver los conflictos, para que hayamos llegado a semejantes niveles de pobreza».
Luego, el juez puso de resalto la aclaración de Francisco respecto a la casualidad de la pobreza: «Cuando unos pocos tienen casi todo y casi todos tienen nada, lo que hay es un problema de distribución. La concentración económica es sinónimo de desplazamiento». A raíz de esto, Gallardo volvió a la pregunta «¿Qué nos pasa a nosotros como jueces?» y analizó el «mundillo» judicial actual. Explicó: «Tenemos los indiferentes, colegas a los cuales esta situación de la pobreza no les afecta demasiado; luego tenemos los naturalistas o darwinistas que dicen que la pobreza es una situación inevitable producto de los que no tienen capacidad; por otro lado están los “ajenistas” que están ajenos a todo, los que dicen: ‘Este no es nuestro problema porque nosotros no diseñamos la políticas públicas ni controlamos la corrupción de los encargados de negociar los compromisos externos’. Y luego está el grupo de los comprometidos, que hacen todos los esfuerzos posibles soportando los avatares de un mundo donde predomina el mercado y el dinero por sobre los valores, la dignidad y la existencia de las personas».
Por otra parte, afirmó que «Francisco nos está invitando a generar un nuevo paradigma de jueces y juezas». «Creemos que el compromiso, la integración, el sentir el dolor del otro como el propio, y el tener el coraje de hacer concreción los derechos es la invitación que estamos aceptando. No hay otra posibilidad en el mundo que nos esté planteando el sistema: o tenemos el coraje de asumir la misión como jueces y juezas o se nos va la institucionalidad de las manos», enfatizó. Y señaló que «mientras nosotros luchamos en la doctrina, en la teoría, en la universidad y en los tribunales por la democracia y la institucionalidad, hay gente en el mundo muy poderosa que está luchando por la deshidratación y la muerte por inanición de la institucionalidad». «Ellos van a ser muy felices cuando no haya más instituciones, cuando el caos en términos sociales, económicos y políticos gobierne, porque entonces vamos a volver al gobierno del más fuerte, donde toda la voluntad popular va a quedar desintegrada», detalló al respecto.
A modo de conclusión, expresó el tener que «asumir el desafío y la invitación de Francisco»: «Tenemos que imitar su coraje en sus teorías, discursos y prácticas. Tenemos que evitar entre nosotros la proliferación de los dos tinteros: el que escribe los manuales, con mucho progresismo y amplitud de criterios y crítica social y política, y luego tiene una gran timidez cuando tienen que firmar sentencias. Tenemos que tener un solo tintero para escribir: el de nuestras teorías tiene que ser el mismo que el de nuestras sentencias».
Concluyó diciendo: «El día que asumamos el ejemplo de Francisco con sus 85 años, que está desafiando al poder económico mundial, nos tiene que servir de ejemplo en su valentía, su coraje y su dedicación para que nosotros que tenemos esta misión de administrar justicia la honremos definitiva y expresamente».
Luego fue el turno de Carlos Balbín, en su rol de Coordinador del Capítulo Argentino del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana.
El Presidente de la Sala I del fuero Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo comenzó su ponencia manifestando que «el nivel de pobreza en Argentina es del 40% o más, de modo que el punto importante es preguntarnos qué modelo económico es compatible con los derechos sociales». «Yo creo que no todo modelo económico, más aun un capitalismo exacerbado es compatible con el respeto de los derechos sociales», adelantó.
En particular, trajo a colación la discusión actual en los medios de comunicación de «si es razonable o no que el Estado otorgue subsidios a las personas más carenciadas» y analizó que » no se discute con el mismo énfasis si es razonable o no que el Estado acepte y apoye el juego financiero». «Creo que deberíamos hacer un análisis más integral y analizar no solo desde la perspectiva de los derechos sociales sino también desde la mirada económica y cuál es el modelo compatible con esos derechos sociales», reiteró el camarista.
A continuación, compartió con los asistentes virtuales una segunda reflexión: «Se cree que nosotros exaltamos la pobreza, y en verdad creemos que no nos dedicamos a exaltarla sino a abrazarla, lo que supone reconocer al otro y no estigmatizarlo». «Descubrimos los valores de los pobres, que algunos de nosotros no seguimos o no respetamos del mismo modo. En particular, la solidaridad, que es un concepto que encontramos en mucha gente que no tiene recursos materiales y es una respuesta al materialismo y el consumismo», mencionó.
Ya finalizando, afirmó que «para repensar la pobreza tenemos que colocarnos en el lugar del otro». «Este encuentro es muy importante ya que no se trata de una discusión teórica de derechos sociales o un debate operativo, sino que es un desafío en términos de comprometernos con los derechos sociales», sintetizó.
Durante la segunda jornada, en el panel «La respuesta del Derecho ante la pobreza», expuso el juez de Cámara Horacio Corti, quien habló del Índice de Pobreza y de Necesidades Básicas Insatisfechas en la Ciudad de Buenos Aires previos a la pandemia; así como del Índice de Desarrollo Humano, «un indicador de progreso, el cual profundiza en la multidimensionalidad y la capacidad de personas para desarrollar una vida plena». «Es una visión más exigente de lo que se considera salir de la pobreza, y qué condiciones hay que cumplir para salir de ese estado», enunció al respecto.
Por otro lado, se refirió a «la importancia de la existencia de la desigualdad, porque la Argentina está en un promedio de todos los Estados pero al sacar ese Índice de Desigualdad, Argentina es uno de lo países con desarrollo más alto». «O sea que hay un peso muy grande de no solo la pobreza sino la desigualdad también», examinó.
En relación al desarrollo humano, destacó que la Ciudad de Buenos Aires lo promueve en Preámbulo de la Constitución de la Ciudad, la cual también incluye la desigualdad en el aspecto territorial, que hace referencia a la segregación territorial por recursos económicos en el artículo 18: «La Ciudad promueve el desarrollo humano y económico equilibrado, que evite y compense las desigualdades zonales dentro de su territorio».
Aún más, Corti identificó que «la idea de exclusión incluye la idea de una desigualdad muy profunda». «Hay personas incluidas bajo la forma de ser descartadas como se diría en términos Franciscanos, es decir que hay un sector de la sociedad que es como si no formara parte de la sociedad. Porque en su desarrollo político social y económico se llegó a esta situación de exclusión», puntualizó. Pero recalcó que a su vez hay un mandato de inclusión social y de remover la desigualdad en la Constitución Nacional, la cual ordena en su artículo 75 “legislar y promover” acciones positivas que garanticen la “igualdad real de oportunidades y trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos”, abarcando en particular a personas con discapacidad, niños y mujeres.
Al final de su exposición, el camarista subrayó que «mas allá de diferentes políticas y medidas económicas y discusiones, este marco constitucional establecido es lo que cualquier política económica tiene que asegurar». «Tenemos desafíos sociales, humanos y existenciales pero en el ámbito de nuestra responsabilidad de pensar y desarrollar el Derecho, tenemos muchos aspectos positivos, ya que hay una orientación muy clara de la Constitución de la Ciudad», completó.
De las Jornadas también participaron el Canciller la Academia Pontificia de las Ciencias, Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo; Ana Inés Algorta Latorre, Vicepresidenta del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana; Ana María Figueroa, Jueza de la Cámara Federal de Casación Penal, Graciela Eleonora Slavin, Jueza del Tribunal del Trabajo de Mar del Plata; Viviana Dobarro, Jueza Nacional del Trabajo; María Claudia Caputi, Jueza de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal; Mariana Pucciarello, Defensora ante la Cámara en lo Contencioso Administrativo,
Tributario y de Relaciones de Consumo de la Ciudad de Buenos Aires; Rafael Barreiro, Juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial; Alberto Lugones, Juez de la Cámara Federal de San Martín y Vicepresidente del Consejo de la Magistratura de la Nación; Gabriela Boquin, Fiscala General ante la Cámara Nacional en lo Comercial; Federico Gallo Quintian,
Juez en lo Contencioso Administrativo de La Matanza; Ana Carolina Cano, Jueza de la Cámara en lo Civil en Documentos y Locaciones y Familia y Sucesiones de Concepción (Tucumán); Roberto Pompa, Juez de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo; y Eduardo Fernández Mendía, Juez del Superior Tribunal de Justicia de La Pampa.