Scheibler participó en las Jornadas de Capacitación sobre Diversidad
El titular del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario n.º 13, Guillermo Scheibler, expuso sobre «Violencias, discriminación y abordaje judicial de las personas LGTBIQ+»
Lo hizo en la tarde del martes 6, en el cuarto y último módulo de la Capacitación sobre violencia contra las personas LGTBIQ organizada por el Ministerio Público Fiscal porteño, junto con el Observatorio de Género en la Justicia, y el Centro de Formación Judicial.
Durante su exposición, realizó un recorrido por las diversas violencias institucionales, en las cuales tuvo intervención, que atravesaron personas del colectivo LGBTIQ previo a la sanción de la ley de matrimonio igualitario y de identidad de género.
Respecto al matrimonio igualitario, relató que previo a su sanción hizo lugar a varios amparos que permitieron avanzar en ese sentido. Si bien en ese momento, el Ejecutivo porteño no apelaba las sentencias, narró que «aparecían terceros que no tenían nada que ver ni con el Gobierno de la Ciudad, ni con la parte actora; y se presentaban ante otro fuero y conseguían jueces y juezas que declaraban la nulidad de las sentencias declaradas por nosotros, una cosa inaudita, incluso mandaban secuestrar las libretas de los matrimonios que se habían consumado». En sentido, recordó que «las violencias institucionales se manifestaban también a través de esta forma concreta, de particulares que se presentaban y buscaban que otros jueces anularan sentencias que ya estaban firmes». «Claramente ahí subyacía una situación de violencia hacia el colectivo y hacia las personas que intervenían en ese caso«, completó.
Continuó su exposición con el segundo grupo de casos, un tiempo después cuando comenzó la campaña para lograr la sanción de la ley de Identidad de género. Señaló que en eso casos, la argumentación jurídica resultó más compleja, porque «había menos precedentes, piensen que hablamos de hace diez años, el concepto de identidad de género era más difícil de entender, de explicar o de fundamentar jurídicamente». Explicó que en el fuero la única jurisprudencia previa era la de Elena Liberatori, con el caso de Flor de la V., que el resto era Civil o Penal, que hablaban de adecuación de sexo. Al respecto, indicó que «era muy impactante ver el relato en las sentencias, las pericias médicas, las descripciones físicas, ya era violento leer el relato por como había sido el desarrollo de esos expedientes». «Me impresionó mucho, incluso la manera de mencionar a estas personas, de calificar estas situaciones, obviamente como una enfermedad, como disforia de género«, añadió.
Por otro lado, describió que el proceso al cual debían someterse las personas que deseaban acceder al cambio registral también era violento. «Incluso me llevó a mi, a poner en los fallos en los que sacaba, una alusión a la Asamblea del Año XIII, porque uno leía el trámite de ese expediente y era decir ‘a esta persona la han sometido a tortura’, entre la exhibición y el regodearse con una descripción física», describió. «Hacían lugar al pedido de cambio de sexo, pero condicionándolo a una intervención quirúrgica, a la realización de un cambio físico en el cuerpo de esa persona», agregó. En ese racconto, habló también de las causas que «quedaban freezadas«, como otra expresión de violencia institucional.
Así llegó al tercer grupo de casos, en los que intervino posteriormente. Se trataba ya de las situaciones de registración de documentos para parejas del mismo sexo que tenían hijos e hijas en el extranjero. En estos casos, confesó «jugamos al filo de la competencia». «Eran cuestiones donde la violencia institucional se veía en la inacción de los órganos administrativos que tenían que expedir un documento y seguramente no actuaban de la misma manera que si se trataba de hijos e hijas de una pareja heterosexual», puntualizó.
Respecto a los desafíos que llegarán en el futuro en materia judicial para la comunidad LGBTIQ, el titular del Juzgado n.° 13 consideró que «el tema del cupo traerá conflictos o casos de no judicialización por el no cumplimiento o dificultades en el cumplimiento (…) son políticas de discriminación positiva que son saludables, pero que traen su complejidad en la implementación», subrayó. Por último, esbozó otro sobre el cual está reflexionando «que traiga ciertos desafíos a futuro, el tema de los hijos e hijas de personas del mismo sexo, con el tiempo puede llegar a venir un nuevo requerimiento con cierto derecho a la identidad».
Para finalizar, Scheibler cerró su exposición con «el deseo de seguir avanzando como venimos avanzando, no sin retrocesos, no sin dificultades, pero en la senda de un avance continuado que es el que venimos emprendiendo desde hace unos 10 años».
La actividad se transmitió por el canal de YouTube del MPF de la Ciudad de Buenos Aires.-