Finalizó el encuentro internacional de Derecho Ambiental
El triple encuentro virtual contó con la participación protagónica de los magistrados porteños Jorge Franza y Marcelo López Alfonsín
El vicepresidente segundo de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Penal Juvenil, Contravencional y de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Franza; y el titular del Juzgado n.° 18 en lo Contencioso Administrativo y Tributario, Marcelo López Alfonsín, expusieron en el «XVIII Encuentro Internacional de Derecho Ambiental, El Salvador 2020». El encuentro que se llevó adelante en modalidad virtual, fue además sede del «XII Foro Internacional de Derecho Ambiental, Buenos Aires, Argentina», y del «Primer Congreso Planetario de Derecho Ambiental (COPLADA)».
El juez de primera instancia participó en el cuarto panel internacional que analizó «Los objetivos de la agenda 2030 pos-COVID» y se llevó a cabo el viernes 9 desde las 13.45. En el comienzo de su exposición habló acerca de lo sucedido durante el año en curso e invitó a «transformarlo más allá de una crisis, en un gran desafío y una gran oportunidad para poder aprovechar realmente esta circunstancia tan excepcional que nos ha tocado vivir como sociedad y a nivel individual», dijo.
La primera cuestión que abordó fue la del cambio climático, al respecto destacó que «Argentina enfrentó la pandemia en un primer momento con un fuerte anclaje en el conocimiento científico». «Las decisiones de políticas públicas que tomó el gobierno nacional estuvieron muy influenciadas por la opinión de los infectólogos, los especialistas en el tema de salud, y en el tema de la crisis sanitaria», completó. Tras describir ello, se preguntó «por qué no podemos tener la misma actitud frente al cambio climático»; para luego advertir sobre el particular que «la certidumbre científica es infinitamente mayor que la que tenemos frente al coronavirus». A propósito de la pandemia, recalcó que «no podemos salir si queremos pensar el día después con un abandono de políticas ambientales. Esa tendría que ser la primera conclusión, porque ponemos en riesgo todos los derechos humanos como se ha señalado tanto en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como en los organismos de Naciones Unidas».
Si bien reconoció que «en estos meses del año 2020 asistimos a un reverdecimiento del planeta -en esta intersección entre la relación del hombre y la naturaleza-«, invitó a reflexionar sobre el tema y advirtió: «No nos equivoquemos, no es una buena noticia que el hombre esté encerrado para que la naturaleza reverdezca«.
Por último, López Alfonsín subrayó que para el día después el desafío a nivel mundial, está dado por cambiar la matriz energética. «Está claro que si hay algún lugar desde donde tenemos que activar con gran valentía y con gran decisión es en el matriz energética», indicó. «No tiremos más la plata e invirtamos en energías renovables ya, pero como una decisión política asumida con total madurez. La transición energética debe ser inmediata para el día después, no podemos seguir esperando», completó. «El problema del cambio climático es un problema global que exige respuestas globales. El virus no respeta fronteras, los gases del efecto invernadero tampoco. Si logramos asumir todo esto, a lo mejor la nueva normalidad nos va a saludar con algún grado de esperanza», concluyó.
Mientras que el camarista y profesor titular consulto de la Facultad de Derecho de la UBA, Jorge Franza, formó parte del 18vo. conversatorio que se realizó el mismo viernes 9 desde las 15. La convocatoria se realizó bajo el título: «Integración de políticas ambientales de la región».
Su exposición se centró en el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, también conocido como «Acuerdo de Escazú (Costa Rica)». Al respecto, señaló que «se trata de un acuerdo regional muy importante que como base tiene la tutela de los derechos humanos ambientales, pero también tiene el derecho del triple acceso a la información ambiental; el acceso a la participación ambiental en la toma de decisiones y el acceso a la jurisdicción sin discriminación y lo más amplia posible». «Es el primer acuerdo jurídicamente vinculante para los países de América Latina y del Caribe», añadió.
Ahondó en su análisis, cuando sostuvo que «es el primero en el mundo que incluye disposiciones sobre los defensores de los derechos ambientales en asuntos ambientales». Y destacó sobre ello, que «sus principales beneficios son para nuestra región en particular, para los grupos y comunidades más vulnerables, porque en cada derecho: informacion, participación y acceso a la justicia habla de los más vulnerables», puntualizó. «Los Estados tienen el derecho soberano de aprovechar sus propios recursos según sus propias políticas ambientales y de desarrollo. Y la responsabilidad de velar porque las actividades realizadas dentro de su jurisdicción o bajo su control, no causen daños al medio ambiente de otros Estados o de zonas que estén fuera de los límites de la jurisdicción nacional», subrayó al citar el principio dos de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente.
Explicó además que «el desarrollo sustentable es una mezcla del derecho humano al ambiente y el derecho humano al desarrollo consagrado por Naciones Unidas en 1986». Allí habló acerca de la experiencia local, citó el artículo 26 de la Constitución porteña, cuando señala que «el ambiente es patrimonio común»; y aclaró que «ambos fueros de la Ciudad, el Contencioso Administrativo y Tributario como el fuero Penal Contravencional y de Faltas, sobre todo las contravenciones y faltas ambientales, son suficientes para hacer valer la justicia ambiental».
Por último, Franza felicitó al Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires por los fallos recientes en «Ferrari contra Levinas» y en «Chocobar», donde avanzó -dijo- en pos del cumplimiento de los postulados de la Constitución de la Ciudad y en favor de la autonomía plena de la justicia porteña.-