Ciclo de conferencias: «Del Estado de derecho al Estado punitivo»
El titular del Juzgado Contencioso Administrativo y Tributario nº 2 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Roberto Andrés Gallardo presentó el pasado jueves 4 de julio la conferencia a cargo de Raúl Zaffaroni
El Ciclo que presentó el magistrado fue organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas Fray Bartolomé de las Casas sito en Av. Ingeniero Huergo 1189, surgido del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos sociales y Doctrina Franciscana. En la conferencia “Del Estado de Derecho al Estado punitivo” disertaron los tres directores designados por el Papa Francisco, el Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni junto a Vera Malaguti Batista (Lic. en Cs. Políticas y Sociales, en Sociología y Mag. en Historia Social. Se desempeña como Secretaria Ejecutiva del Instituto Carioca de Criminología en Brasil). El Dr. Zaffaroni es Profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires, fue Juez de la Corte IDH y Ministro de la Corte Suprema de Justicia de Argentina.
La licenciada Malaguti Batista afirmó que: “En la medida que tenemos una crisis social y económica en los sectores populares, podemos ver que también tenemos una obsesión por la seguridad pública, esta obsesión ha traído la cuestión criminal para el centro de la vida política, es decir el crimen ha adquirido una centralidad política en los discursos de la América latina y en Brasil principalmente. Y se ha demostrado el fracaso de la seguridad como bien jurídico y su expansión a las cosas de las garantías individuales o de seguridad individual”. «Es por eso que los gobiernos que tuvieren conocimiento de la amplia e histórica reflexión crítica sobre la cuestión criminal deben intentar siempre construir políticas públicas de contención y reducción de daños del poder punitivo y no expandirlo a través de modulaciones ni modernizaciones”, agregó la politóloga.
La disertante explicó “estamos en sociedades regresivas, a partir de la gran crisis del capital en la década del 70’ del siglo XX ningún Estado nacional ha podido sostener el formato del bienestar social, se ha demostrado en este pasaje analizando el super encarcelamiento, el pasaje del Estado social al Estado penal en los Estados Unidos en los años 80’ por ejemplo».
«Rio de janeiro, mi ciudad ha sido un laboratorio de proyectos de seguridad pública, su pasado de resistencia y movilizaciones populares en las noches contra el autoritarismo hicieron que se instalara una permanente ocupación policial principalmente en las áreas pobres que se ha extendido gobierno tras gobierno después del fin de la dictadura. A la izquierda y a la derecha la centralidad política de la cuestión criminal ha producido una saturación de modos y operatividad policial moldeada con discursos técnicos, formaciones académicas y hasta intentos de autonomización de la dirección de las policías», sintetizó Malaguti Batista. Y concluyó: «La historia de la criminología enseña que siempre que la cuestión criminal es despolitizada o naturalizada estamos en un cuadro de regresión de las ilusiones liberales de la democracia».
El juez de la Corte Suprema comenzó su conferencia señalando que: «Normalmente decimos que cuando se deteriora el Estado de derecho nos vamos hacia un Estado de policía, esto no lo creo. El crecimiento del Estado punitivo en nuestra América no es en el sentido del Estado de policía, este es un Estado con una partícula política muy fuerte, un verticalismo muy fuerte donde los organismos policiales pueden tener una cierta autonomía, pero siempre que no molesten los objetivos políticos».
«El Estado ha perdido la capacidad de un ente que fomente la solidaridad y se va convirtiendo en un ente que fomenta el odio, al mejor estilo de Carl Shmitt.(…) La polarización básica en nuestro continente es soberanía o dependencia o colonialismo», sostuvo el jurista. Y agregó: «lo que estamos viviendo es una autonomización policial, policías autonomizadas, policías ejerciendo poder punitivo por su cuenta. (…) El poder punitivo recauda dinero, es recaudación fiscal al margen del Estado. Entonces nuestros Estados pierden el monopolio del poder punitivo o por lo menos el predominio y de la recaudación fiscal es decir dos funciones elementales del Estado. Entonces no es un Estado de policía sino un Estado deteriorado. ¿De qué sirve un Estado deteriorado, enclenque, débil? Y sirve al colonialismo».
«¿Qué están haciendo con esto de que las policías se autonomicen? Las están destruyendo, que es lo que ha sucedido en definitiva en El Salvador. (…) Creo que hay que hacer lo contrario, hay que hacer policías profesionales y tienen que ser tratados como trabajadores. Tienen que tener derechos laborales. Creo en definitiva lo que podemos hacer es imponernos una tarea de esclarecimiento y creo que esto que decimos entre nosotros lo tenemos que decir todos los días, boca a boca y frente a todos los medios en que podamos repetirlo», concluyó Zaffaroni.