Liberatori habló sobre la experiencia inédita del caso de la orangutana Sandra
En un encuentro virtual brindó su mirada sobre los desafíos actuales y futuros del derecho animal, a partir del hito histórico que generó la judicialización de los derechos de la orangutana
La titular del Juzgado n.° 4 del fuero Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo de la Ciudad de Buenos Aires, Elena Liberatori, participó como expositora este jueves 10 desde las 19, en el marco del ciclo de conferencias «Pro tenencia activa y presente», que organiza el Ministerio de Salud nacional.
La magistrada local, quien es la primera jueza en el mundo que reconoció la condición de persona «no humana» en favor de la orangutana, narró su experiencia y sus impresiones ante más de cien asistentes, algunos de ellos conectados desde Brasil, Colombia, México y Uruguay. El título puntual sobre el que se centró la convocatoria: «Desafíos del futuro pospandemia: el derecho animal y el derecho de la Naturaleza».
La historia de Sandra se remonta a 1995, cuando arribó a la ciudad de Buenos Aires. La causa judicial se inició veinte años después, a raíz de un amparo presentado contra el Gobierno de la Ciudad de Buenos y su Jardín Zoológico, para que cesara la conculcación y violación de su derecho a la libertad, su derecho a no ser considerada un objeto o cosa susceptible de propiedad y a no sufrir daño físico o psíquico. El 21 de octubre de 2015, el tribunal hizo lugar al amparo, reconociéndola como «sujeto de derecho conforme lo dispuesto por la ley 14.346 y el Código Civil y Comercial de la Nación». Dispuso además la convocatoria a primatólogos para elaborar un informe vinculante acerca de las medidas a adoptar por el Ejecutivo al respecto; y finalmente, ordenó al GCBA que garantizara condiciones adecuadas de hábitat y actividades necesarias para preservar sus habilidades cognitivas.
La resolución en primer lugar, se planteó dilucidar si la orangutana poseía derechos y si eso implicaba reconocer el carácter de sujeto de derecho no humano; segundo, evaluar si correspondía proceder a su liberación o traslado y si ello resultaba posible. Para ello, explicó que debió ejercer una mirada deconstructiva con base en la biología y la filosofía para interpretar que «hay detrás de esos conceptos que creemos naturales, tales como que los animales son nuestro alimento, nuestra diversión y nuestro experimento». «El caso Sandra reunió todas las características que nos describen a los homo sapiens como una categoría de superioridad, dominación, sacrificio y utilización de los animales. En cautiverio y sometida a nuestro arbitrio, para alegría -supuestamente- de niñes y curiosidad de les adultes. Es sobre esta premisa que vemos la necesidad de adoptar una mirada deconstructiva», subrayó la titular del Juzgado n.° 4.
Luego, citó al filósofo Jacques Derrida para explicar que «deconstruir no es destruir, es permitir que lo diferente nos irrumpa en todo eso que nos ensimisma; es decir, todo eso que nos hace hacer ser nosotros mismos». «Considerar que son seres inferiores es un concepto construido; si anhelamos otra relación con los animales, es preciso deconstruir; por lo tanto, desnaturalizar», agregó. En este sentido, añadió que «la moderna neurociencia estudia libremente la vida emocional de los animales y nos dice que no hay una línea divisoria tan clara entre las emociones humanas y animales».
Interrogó al numeroso público acerca de la condición de dignidad de la vida animal y preguntó por qué se sitúa en un trono al homo sapiens. «¿Por qué les humanes preferimos a los animales muertos antes que vivos?«, interpeló luego. «¿Qué estamos haciendo con la industrialización de los animales cuando una de sus consecuencias parece ser la actual pandemia global?», reflexionó. «Me niego, me resisto a juntar estas dos palabras: seres sintientes e industria», concluyó con una mirada crítica.
Habló también a partir de las reflexiones formuladas por la filósofa e investigadora, Mónica Cragnolini, y citó su libro «Extraños animales», donde explica acerca del devenir existencial que para el humano encierra más posibilidades, mientras que para los animales queda el confinamiento a lugares, formas de vida en que se les fija el lugar, se les organiza su tiempo, su existencia, y sus actividades. «Sandra es un ejemplo de cada parte de esta afirmación, hasta su propia existencia dependió de las personas del zoológico de Berlín, haciendo de ella un ser hibrido confinada a un recinto de detención, sin libertad alguna a nada, a alimentarse de lo que se le da en cautiverio», indicó la jueza. «Sandra fue un caso de hospitalidad condicionada, en el sentido de justicia y derecho. Una hospitalidad regulada a través del derecho implicaría que ‘les humanes’, reconoceríamos a los animales desde su diferencia, desde su equidad», completó.
Alertó sobre el presente, al que caracterizó a partir de los postulados de la científica investigadora del CONICET, la bióloga Sandra Myrna Díaz, como un «proceso de injusticia ambiental global a una escala inédita». Finalmente, indicó que «aún estamos a tiempo de retejer este tapiz, y de reentretejernos en él; cada hebra es muy frágil, pero el tapiz en su conjunto tiene la robustez de los muchos, hecha de innumerables fragilidades entretejidas». «Sandra, la orangutana, es una de esas fragilidades que la suerte quiso nos llamara, para rehacer esa ínfima parte del tapiz de la vida que es ella», concluyó.
En diálogo con iJudicial, la titular del Juzgado n.° 4 señaló que «la actividad se desarrolló sobre ejes conceptuales, que respectivamente desarrollaron María José Fernández, Noelia Villarino, y la antropóloga Lucía Guaimas». Dichos ejes fueron: «Desafío legal: los animales en el Código Civil argentino; breve análisis de la ley 14.346. Otras normativas internacionales»; «Desafío práctico: cuestiones novedosas presentadas en la causa, particularidades de su trámite judicial como las audiencias vía Skype con los expertos de USA, Canadá y Australia»; y «Desafío interdisciplinario: aportes de autores de diversas disciplinas, biología, filosofía, la mirada antropológica». Agradeció además la tarea en la presentación inicial realizada por Juan Martín Miraldo y los montajes fotgráficos de Tomás Vicel.
Por último, Liberatori recordó que Sandra se encuentra en el Center of Great Apes (Estados Unidos) y que «el sábado 12 de diciembre se realizará una subasta artística (en su momento Sandra hizo una acuarela que atesoro), también se harán recorridos virtuales por ese santuario, y podrán verla a ella y a sus amigos».-