“La oposición de los jueces nacionales al traspaso es una cuestión meramente de status”
Así lo aseguró el juez y consejero Darío Reynoso, durante su disertación en las jornadas en «Conmemoración de los 20 Años de la Sanción de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires». El magistrado participó del panel «Mirando a futuro la Ciudad de Buenos Aires: las competencias autonómicas» y reflexionó sobre la oposición por parte de magistrados nacionales al proyecto de traspaso de la justicia nacional ordinaria al ámbito local, el cual tiene como objetivo cumplir plenamente con las facultades propias de jurisdicción que rigen sobre el territorio porteño de acuerdo a la Constitución Nacional.
En el marco de las jornadas en «Conmemoración de los 20 años de la sanción de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires«, organizadas por el Consejo de la Magistratura de la CABA y la Comisión de Fortalecimiento Institucional, el consejero por el estamento de los jueces Darío Reynoso integró el pasado 8 de junio el panel de expositores que abordaron «Las Competencias Autonómicas» efectuando una mirada al futuro de las instituciones locales. Ante el público congregado en el Salón Verde de la Facultad de Derecho, Reynoso centró su participación en el análisis sobre los cuestionamientos expuestos por los integrantes del Poder Judicial de la Nación frente al proyecto de traspaso de la justicia nacional ordinaria al ámbito del Poder Judicial de la CABA impulsado por el Ejecutivo Nacional y presentado ante el Congreso.
Al iniciar su ponencia sobre autonomía y transpaso, el consejero juez sostuvo que a más de dos décadas de la reforma constitucional del 94 y a 20 años de la sanción de la Constitución de la Ciudad, “casi todos que pensamos que la CABA es una provincia”, más allá del «corset que se le puso a la autonomía de Ciudad de Buenos Aires» con la Ley Cafiero. «Ya casi no quedan dudas que la CABA, si no es una provincia, tiene todos los caracteres de tal. Tiene territorio, tiene población, tiene facultades de legislación y jurisdicción, es un estado con las características de la provincia«, remarcó Reynoso, destacando también el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de fines del año 2015 conocido como «Caso Corrales» en el cual los ministros del máximo tribunal nacional consideraron «imperioso exhortar a las autoridades para que adopte las medidas necesarias a los efectos de otorgarle a la Ciudad de Buenos Aires, el pleno ejercicio de las competencias ordinarias en materia jurisdiccional».
«No podemos seguir analizando a la CABA con los parámetros que se venían analizando hace años. Todos hemos tenido que evolucionar”, dijo el magistrado, reconociendo también que hay excepciones, y que estas excepciones son aquellas que oponen a la transferencia de la justicia ordinaria con asiento en el territorio porteño al Poder Judicial de la Ciudad. «Todos evolucionamos, menos los jueces nacionales. Todavía tienen un criterio que llaman la atención. Se han quedado en el tiempo«, aseveró Reynoso, citando el plenario de la Cámara Civil del mes de mayo en el cual «se limitan a respetar a rajatabla la ley Cafiero», sin prever el proyecto remitido por el Ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, que propone la modificación de dicha norma a fin de reconocer la autonomía plena en materia jurisdiccional a la Ciudad de Buenos Aires, y mencionando también un comunicado de la Asociación de Magistrados de la Justicia Nacional en el cual se expresaron críticas a la transferencia.
«Ellos dicen tener ‘serios cuestionamientos constitucionales’, pero no los tienen; en realidad es una cuestión meramente de status, no aceptan dejar de ser jueces nacionales, como si ser jueces locales ordinarios de la CABA, que en definitiva no es ni mas ni menos la competencia ordinaria que puede tener cualquier juez de provincia, fuese menos», expresó.
Al enumerar ciertos argumentos presentados por los integrantes de la justicia nacional para oponerse al traspaso, Reynoso remarcó, a modo de ejemplo, que si bien hoy los salarios de los jueces están desfasados, cuando los magistrados porteños ganaban más que los nacionales tampoco se expresaban a favor de la transferencia a la justicia local. «Es una cuestión psicológica, es un problema cultural. Yo vengo de la Justicia Civil y en el 96/97, cuando se empezó a hablar de traspaso a la Ciudad, había un juez civil que a los gritos decía ‘a mi no me van a poner guardapolvo gris de la municipalidad’, en referencia a la época en la que los empleados municipales atendían con ese guardapolvo. El magistrado de aquel entonces gritaba que no quería ser un empleado municipal, y hoy siguen teniendo ese concepto», reconoció.
Y concluyó: «Si este proyecto de traspaso llega a ser aprobado por el Congreso, imagino a Ricardo Recondo, quien firmó el comunicado de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, y a sus colegas gritando frente al televisor como el tano Pasman ‘¡nos fuimos a la B!’. Ellos creen que si concreta el traspaso se van a la B, y nosotros vamos a demostrarles que si esto ocurre van a seguir primera, o como mucho en la Nacional B, así mantienen el término Nacional».